El Museo de la Mujer es el trabajo de un grupo de mujeres profesionales y feministas. Este equipo de especialistas construyeron un archivo y reservorio museológico de la historia de la cultura para la promoción y producción del arte y la cultura de las mujeres que hacen historia.
Por Leticia Spinosa
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Orienta la propuesta la línea de “Nueva museología” que supera ampliamente la idea de “reservorio estanco de piezas en desuso”, sino que lo incluye resignificándolo para invitar a interactuar, divertirse, aprender y aportar desde la propia experiencia y memoria.
El museo no recibe financiación de entes oficiales ni privados y sí recibe el apoyo económico de sus socias y amigas. Está ubicado en el pasaje Dr. R. Rivarola 147 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y abre de martes a sábados de 16 a 19 hs. La entrada es libre y gratuita.
La historia del museo
Las actividades del museo comenzaron en el año 2006 cuando un grupo de mujeres, profesionales y feministas, dieron inicio a la iniciativa para entonces inédita en América Latina y con pocos antecedentes en el mundo. Si bien la creación del museo había sido propuesta en 1989 a la Dirección de Museos de la municipalidad de Buenos Aires por la historiadora Graciela Tejero Coni el proyecto no prosperó en los ámbitos oficiales, y debió esperar hasta transformarse en un museo privado.
“Al principio, las muestras eran itinerantes. En este momento solo tenemos temporarias porque hemos tenido que venir dentro del pasaje a un local más pequeño porque el hecho de ser privado implica un costo importante que debemos solventar como asociación, relata Graciela Tejero Coni, Directora del Museo.
Desde su apertura cumple los objetivos de defender los derechos de las mujeres y ser un recurso de concienciación sobre la opresión de género, lo que le ha valido ser declarado de interés cultural por el Honorable Congreso de la Nación.
El Objetivo del museo
Los principios que guían sus acciones son: la defensa de una cultura científica y popular; la reivindicación de los derechos e intereses de las mujeres; la lucha contra su doble opresión y subordinación de género; el rescate y difusión de los valores culturales de intelectuales y artistas del país, de Latinoamérica y del mundo y el sentido nacional de la cultura y la reivindicación de los pueblos originarios.
“Nuestro objetivo central es que el museo sea un instrumento de organización y de lucha. La mayoría de quienes nos largamos con la iniciativa ya veníamos trabajando en el movimiento de mujeres y feministas de muchos años. El proyecto del museo era una iniciativa más para sumar a la lucha del movimiento de mujeres. Muchas de las que estamos en el equipo fuimos organizadoras del Primer Encuentro de Nacional de Mujeres”, relata Graciela Tejero Coni.
“Todavía nos falta mucho para realmente darle batalla al patriarcado.”
El museo no es exclusivamente histórico. La directora afirma que “Si bien la historia para nosotros tiene una gran importancia porque es la matriz en la cual se forman las opresiones, vincula las distintas disciplinas del arte y eso está la concepción de la Nueva museología donde la interdisciplinariedad es uno de los aspectos más importantes sobre todo a nivel de identificación de quienes visitan el espacio y puedan sentirse reflejadas y reflejados también en éstas relaciones genéricas tan desiguales que sufrimos en nuestra sociedad”.
Sobre la Red Internacional de Museos de las Mujeres del Mundo
En el año 2008, dos años después de empezar su recorrido, conformaron junto con otros 23 museos, la Red Internacional de Museos de las Mujeres en el mundo.
Cuenta Graciela Tejero Coni que “En el año 1989 nos carteábamos con el primer museo de la mujer en el mundo que es el museo de Bonn de Alemania. Es un grupo de feministas, que quizás a nosotros nos resuene la experiencia por nuestra propia experiencia nacional. Ellas tomaron una fábrica abandonada, pernotaron en ella y la pusieron en funcionamiento. Hoy están exentas de impuestos y tienen tres mil metros cuadrados maravillosos. Poseen incluso salas de cine, tienen su confitería, emprendimiento con el cual se sostienen porque son un museo privado sin subvenciones. Ese de alguna forma fue el modelo en el que muchos de los museos posteriores en el mundo nos hemos mirado para poder organizarnos. Ellas inauguraron en el año 1981”.
En el año 2009 se encontraron junto a los nuevos museos que se iban abriendo. En el 2010 vinieron todas las directoras y curadoras de los museos del mundo de la mujer a Buenos Aires. “Hicimos el tercer Congreso de la Red en los días previos al Bicentenario. En esa oportunidad el gobierno de la ciudad nos prestó lo que es hoy la Dirección General de Museos en la costanera y allí hicimos nuestro congreso y la verdad que nos ayudó muchísimo a tener otras miradas y a su vez nosotras hacer salir a la Argentina en otros ámbitos también” menciona Graciela Tejero Coni.
Fuente: http://www.museodelamujer.org.ar/ Ver tamaño original
Cuenta Graciela Tejero Coni que “En el año 1989 nos carteábamos con el primer museo de la mujer en el mundo que es el museo de Bonn de Alemania. Es un grupo de feministas, que quizás a nosotros nos resuene la experiencia por nuestra propia experiencia nacional. Ellas tomaron una fábrica abandonada, pernotaron en ella y la pusieron en funcionamiento. Hoy están exentas de impuestos y tienen tres mil metros cuadrados maravillosos. Poseen incluso salas de cine, tienen su confitería, emprendimiento con el cual se sostienen porque son un museo privado sin subvenciones. Ese de alguna forma fue el modelo en el que muchos de los museos posteriores en el mundo nos hemos mirado para poder organizarnos. Ellas inauguraron en el año 1981”.
En el año 2009 se encontraron junto a los nuevos museos que se iban abriendo. En el 2010 vinieron todas las directoras y curadoras de los museos del mundo de la mujer a Buenos Aires. “Hicimos el tercer Congreso de la Red en los días previos al Bicentenario. En esa oportunidad el gobierno de la ciudad nos prestó lo que es hoy la Dirección General de Museos en la costanera y allí hicimos nuestro congreso y la verdad que nos ayudó muchísimo a tener otras miradas y a su vez nosotras hacer salir a la Argentina en otros ámbitos también” menciona Graciela Tejero Coni.
La importancia de los Encuentros Nacionales de Mujeres
La historiadora afirma que “Los encuentros nacionales de mujeres son autoconvocados, autofinanciados, son horizontales, funcionan por taller y todas las opiniones tienen el mismo valor. Tienen la virtud de ser federales”.
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Relata que surgió la preocupación de que si salía de Buenos Aires corría el riesgo de dispersarse, porque no iba a haber infraestructura, porque no iba a haber experiencias de mujeres con capacidad para llevarlo adelante y fue todo lo contrario. “Lo que le ha dado continuidad ha sido también este aspecto federal. Es muy distinto un encuentro nacional en Buenos Aires que en Santiago del Estero, o de otro con las abuelas mapuches en Neuquén, u otro en pleno litoral. Cada encuentro ha tenido un color y una problemática diferente según el lugar y las mujeres que lo hayan organizado”, relata la historiadora.
En el Museo de la Mujer lo que se intenta es hacer un diálogo donde se ponga en relieve la opresión que las mujeres sufrimos de los hombres. Graciela Tejero Coni reflexiona que “creemos que también hay muchos hombres sensibles que se dan cuenta que el lugar del opresor no es el lugar que como humanos van a disfrutar a futuro en una sociedad más justa”.
A las mujeres nos interesa ponernos lindas en pocos minutos, llegar al verano sin esos kilitos de más, pero también sabemos que hay problemáticas que van más allá de nuestras preocupaciones diarias. Problemas que nos incluyen a todas y que suelen ser invisibilizados en nuestra sociedad. Este museo es un buen ejemplo de esos lugares que nos inducen a reflexionar sobre nosotras mismas. El ocio debe ser más que consumo y espectáculos.
A las mujeres nos interesa ponernos lindas en pocos minutos, llegar al verano sin esos kilitos de más, pero también sabemos que hay problemáticas que van más allá de nuestras preocupaciones diarias. Problemas que nos incluyen a todas y que suelen ser invisibilizados en nuestra sociedad. Este museo es un buen ejemplo de esos lugares que nos inducen a reflexionar sobre nosotras mismas. El ocio debe ser más que consumo y espectáculos.